Porque después de la tormenta siempre viene la calma.

Tarde, tarde rara, tarde diferente. Tarde sin ganas de nada.
Un día más, aquella chica tímida está en las mismas situaciones de siempre, en un no saber que hacer...
Tarde. Ella paseaba sola, sin pararse en ninguna tienda ni en ningún puesto de aquellos que ponen por las calles. No se detenía ni en nada ni en nadie. Solo paseaba, pensaba y seguía para adelante. Mientras paseaba queriéndolo o sin querer, paso por la casa de él, imaginandose que podía verle y alegrarse un poco aunque solo fuera durante un pequeño instante, pero siguió paseando. Bueno, siguió y siguió hasta que se paró en una plaza cercana. Se sentó en el primer banco que había libre y puso a tope el volumen de su iPod y el modo aleatorio. De pronto, sin esperarselo, alguien le tapó los ojos con las manos, ella se quitó los auriculares, y escuchó un silencioso "hola". Él le quitó las manos de los ojos y se sentó a su lado, ella se quedó mirándolo. Tantos días desaparecido, sin querer saber nada de nadie y va y aparece ahora "¡vaya imbécil!" pensó, pero siguió callada y mirando a no sé sabe donde molesta por todos esos días pasados. Hubo un silencio durante un rato, no se dirigieron las miradas ni siquiera, hasta que de repente salta él y dice "estás guapa hasta enfada". Ella intentó que no se notara que se estaba sonrojando y siguió callada. Tras otro lago silencio, fue ella quien habló y le dijo "¿Sabes? las cosas no son así. Desaparecer durante días y aparecer como si nada, pues no" se quedaron callados y siguió "te he echado de menos..." Él tan genial como es, esbozó una sonrisa, si una de las que a ella le vuelve loca. De chico malo pero tan dulce a la vez.
Siguieron callados sin saber que decir, hasta que ella un poco cansada de todo aquello se levantó y empezó a andar. Al ver que se iba, él hizo lo mismo pero sin embargo, le cogió de la mano, la giró y cuando estuvieron a menos de 3 centímetros cara a cara("que ojos tan bonitos" pensó él, mientras que ella pensó ("pero como puedo seguir queriendo al tonto este...") y sin esperarlo, él la besó.